lundi 6 juin 2011

Entrevista con la autora Luisa Valenzuela, réalisée par Perrine Huet

Luisa Valenzuela est une auteur et journaliste argentine. Elle a commencé à publier dans plusieurs journaux à l’âge de 17 ans et a écrit son premier roman à l’âge de 21 ans. Ses nombreuses années vécues hors de son pays natal ont fortement influencées ses écrits et lui ont permis d’être traduite dans le monde entier.
Pour plus de renseignements sur son œuvre et sa biographie, vous pouvez consulter sa page officielle.
Je remercie une nouvelle fois Luisa d’avoir gentiment répondu à mes questions.

1. ¿Cuándo usted decidió volverse autor? ¿Por qué?
Esas cosas en general no se deciden: ocurren a veces a pesar nuestro. Un buen día entendí que la literatura era mi verdadera vocación, o al menos era aquello para lo cual yo tenía mejor talento. Y me resultó estupendo, porque siempre tuve alma aventurera y poco a poco se me fue revelando la enorme posibilidad de aventura que ofrece la ficción.

2. ¿Hoy, qué piensa de su primera novela que escribió de muy joven, a los 20 años?
Fue a los veintiuno, pero vendría a ser casi lo mismo. La verdad es que me gusta mucho, no soy de los escritores que reniegan de su primera obra, todo lo contrario. Y me sorprende la fluidez con que logré armar una novela de verdad con una historia totalmente inventada. Fui una lectora ávida desde mi preadolescencia, y se ve que la lectura es la mejor maestra.

3. Usted viajó mucho a través del mundo – París, Méjico, Nueva York, Barcelona, Bolivia, Perú, Brasil –: ¿esas condiciones influyeron su escritura?
Mis viajes han sido y siguen siendo mucho más vastos que eso, porque viajar es otra de mis pasiones. Y sí, los desplazamientos, y sobre todo los años vividos en Paris o en Nueva York, han tenido una fuerte influencia. La perspectiva a veces me es necesaria para poder narrar las cosas de mi país.

4. Para escribir su novela El gato eficaz, caminó en partes oscuras, desconocidas por usted misma, como si la obra no le perteneciera: ¿Sabe usted de dónde viene este sentimiento de descubrimiento y de asombro de sí mismo?
En eso también ayudan los desplazamientos. Es el contacto con lo unheimliche como lo llamó Freud, es decir lo aterrador en el seno mismo de lo familiar. Me interesa explorar esas zonas oscuras, tanto en el alma humana como en las ciudades mismas (suelen ser intercambiables). En El Gato Eficaz pude zambullirme más a fondo, pero creo que lo oscuro aflora de una manera u otra en todas mis novelas.

5. A causa de la dictadura del llamado “Proceso de Reorganización Nacional” en Argentina, su novela Como en la guerra fue en parte censurada, ¿cómo reaccionó al enterarse de la supresión de una escena de su propio libro?
En realidad la aparición de la novela fue muy anterior al engañosamente llamado “Proceso”. Había llegado otra dictadora militar, la del general Onganía, que prefiguraba ese futuro siniestro. Que ya estaba premonitoriamente presente en la novela, por eso no me sentí demasiado mal cuando me sugirieron cercenar esas dos páginas –la Página cero--y amansar algunos términos: era demasiado inquietante enfrentar lo que había intuido.

6. Escribe volúmenes de cuentos, que se pueden definir también como “microrrelatos”, ¿nos puede explicar ese género particular, y por qué haberlo elegido?
Una no elige, los géneros la eligen a una. Empecé a escribir esto que hoy se llama microrrelato mucho antes de que el género tuviera identidad propia. A veces la extrema concisión dice más que las largas parrafadas.

7. He visto que usted fue también periodista en Argentina, ¿ese trabajo influye en el trabajo de autora? ¿Y viceversa?
Fui periodista durante muchísimos años, aun hoy suelo escribir columnas de opinión, pero eso es otra cosa. Para responder a tu pregunta, la influencia es de doble filo: el periodismo me enseñó a ser muy concisa y exacta y rigurosa con el lenguaje (eran otros los tiempos) pero a la vez es una manera muy distinta de abordar la escritura. La ficción exige otra forma de mirada, mucho más interior.

8. Sus obras han sido traducidas a varios idiomas – inglés, holandés, japonés, alemán, serbio, portugués, italiano, francés –, ¿es importante para usted tener una voz en muchas zonas del mundo? ¿Cómo considera la traducción?
Claro que es importante. El mundo me interesa mucho, con toda su variedad y diferencias, así que siempre es bueno interesarle al mundo.

9. Siguiendo con el tema de la traducción, ¿cómo percibe usted al traductor? ¿Le parece necesario ayudarlo? ¿Tiene usted contactos con sus propios traductores?
Susan Sontag decía que ella desconfiaba de los traductores que nunca hacían preguntas. Creo que tenía razón: es imposible para cualquier traductor/a conocer todos los modismos y regionalismo con los que el autor/a trabaja libremente.

10. Vivió unos diez años en Nueva York y unos años en París, así que imagino que usted habla inglés y francés: ¿le ocurre intervenir en el trabajo de uno de sus traductores?
Si me lo permiten, sí; creo que es importante por una cuestión de tono y de captación de los matices. El lenguaje nunca es unívoco, está lleno de trampas que nos interesa explorar y hacer explotar, pero quien traduce a veces puede verse en problemas. Por eso me gusta tener alguna forma de intervención, aunque cuando me traducen por ejemplo al coreano—cosa que está sucediendo ahora mismo—todo se complica bastante. Eso también resulta una aventura.

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